domingo, 8 de julio de 2007
La historia mas linda
Patito Feo es una tira diaria que cuenta la historia de Patricia Castro (Laura Esquivel), una nena de 11 años que se siente disminuida por no tener belleza exterior, sin darse cuenta de que lo más importante en la vida es ser una hermosa persona.
Patito vive con Carmen (Griselda Siciliani), su mamá, en San Martín de los Andes. Tienen una vida armoniosa, feliz, tranquila. Están las dos solas en el mundo, porque Patito crece sin saber quien es su padre, un secreto que Carmen pretende guardar para siempre aunque para Patito implique una enorme tristeza no conocerlo.
Cuando comienza nuestra historia, Patito se enamora a primera vista de Matías (Gastón Soffritti), un chico que está de vacaciones en el sur y que para ella resulta tan lindo como inalcanzable. Él vive en Buenos Aires, la gran ciudad a la que Patito nunca vino y no cree que vendrá, así que cuando lo deja de ver, Matías pasa a ser un sueño que ella considera todavía más imposible de cumplir.
Pero, para sorpresa de Patito, ella y su mamá tienen que viajar a la Capital a buscar los resultados de unos estudios de la nena. Y el destino hace que acá, en Buenos Aires, ambas encuentren a los que ellas consideran sus “amores imposible”. Carmen a Leandro (Juan Darthés), el amor de su vida, el padre de su hija, el hombre al que nunca pudo olvidar. Y Patito a Matías, el primer amor, el único chico que le gustó y al que tampoco pudo olvidar.
Pero cada relación tiene su impedimento. Por el lado de Leandro, está comprometido y a punto de casarse con Blanca (Gloria Carrá), una mujer trepadora e inescrupulosa que monta una gran mentira para conquistarlo. Blanca cuenta con la ayuda de dos secuaces que son Polo (Martín Bossi) y Dorinha (Vivian El Jaber) quienes actúan como su chofer y su mucama, aunque son sus cómplices en este plan de hacerse ricos con el dinero de Leandro. Los tres son capaces de cualquier cosa con tal de que ella y Leandro se casen y Blanca pase a ser una “nueva rica” y disponga de la fortuna de su marido.
Por el lado de Matías, está Antonella (Brenda Asnicar). Hija de Blanca, linda, engreída, caprichosa, es la chica que le gusta a Matías. Cuando Patito lo vuelve a encontrar y se entera de esta relación, asume que no tiene cómo competir con ella. Patito vuelve a sentirse mínima ante la belleza de Antonella, sin entender que posee la mejor arma para pelear por el amor de Matías: su enorme corazón.
A pesar de que la idea de Carmen es permanecer apenas una semana en Buenos Aires, los resultados de los análisis de Patito no dan bien y las obliga a quedarse para iniciar un tratamiento. Y es en la clínica en la que van a buscar los resultados, donde la casualidad hace que se crucen Carmen y Leandro después de doce años de no verse. Leandro es el médico y dueño de la clínica. Ninguno puede creer este reencuentro… y los dos se dan cuenta de que no tienen la historia cerrada. En la clínica le roban todo a Carmen y ahí está Leandro, amoroso, generoso, dispuesto a darle una mano a la mujer que siempre estuvo en sus recuerdos. Se ocupa personalmente de tratamiento de Patito y se involucra cada vez más con esa nena, sin saber que es su propia hija.
El reencuentro con Leandro y la hermosa relación que él tiene con Patito, hacen que Carmen se replantee permanentemente su secreto y viva al borde de confesar la verdad. Leandro se acerca cada vez más a ellas, aunque existen malos entendidos del pasado que hacen que tanto él como Carmen estén a la defensiva.
Patito, por su parte, empieza a ir al colegio del barrio privado del que Inés, la madre de Leandro, es la directora. En el colegio, gracias a la “brillante idea” de Chicho (Nicolás D´agostino), un profesor de música que entra a la escuela con una falsa identidad, se crean dos grupos. Ambos compiten en la clase de comedia musical para representar al colegio en un certamen intercolegial. Así, por un lado se enfrentan Las Divinas, lideradas por Antonella, contra Las Populares, el grupo al que pertenece Patito.
Cada grupo está integrado por chicos y chicas con características especiales, todos muy distintos entre sí, lo que nos permite indagar en el universo de los pre - adolescentes con todas sus variantes. Las canciones y coreografías aportan la cuota de alegría y emoción, fundamentales para atrapar a los espectadores. Todos querrán saber si Patito, al final, logra cumplir sus sueños: conocer a su papá, ser una cantante famosa, enamorar a Matías… ser felices y comer perdices.
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